Euskadi: El Coronavirus, su seguimiento y las ayudas previstas, exige un teléfono para recoger y aclarar las consultas de todos los sectores sociales
La pandemia del Coronavirus ha dejado al descubierto que la enfermedad no es una causa sobrevenida, ya se veía llegar. Nuestros gestores políticos han comenzado a improvisar, desde el Gobierno de España y nuestro Gobierno Vasco. Al confinamiento y sus medidas restrictivas y progresivas y completamente necesarias para evitar los contagios, además de acometer la gravedad sanitaria, se inician los trabajos para tratar de paliar el daño social, la ruina económica de las personas y el sistema y su dilatación en el tiempo, que se antoja largo.
PREGUNTAS Y CONSULTAS DE LA CIUDADANÍA
Sin querer ser alarmistas, ni definir una apocalipsis, se agolpan las preguntas y dudas de la ciudadanía. Empresas grandes, pequeñas, tiendas, autónomos, ciudadanos de a pie, jubilados.......Además del parte diario de la progresión en la lucha contra la enfermedad, todos los sectores sociales reciben numerosa información de paquetes de medidas para paliar el daño económico en el sistema social creado.
LA CENTRALITA DE OSAKIDETZA SATURADA
En lo sanitario, la pregunta es cuando se prevé la finalización de la reclusión y si una vez finalizada, los afectados pueden volver a transmitir la enfermedad.
También si definitivamente se aplaza todo lo no urgente en operaciones, consultas, pruebas, análisis....El teléfono de Osakidetza está saturado y se aconseja además no ir al ambulatorio, precisamente para frenar los contagios.
AYUDAS ECONÓMICAS SOCIALES, LABORALES, PYMES, AUTÓNOMOS........
En lo social, se dice que se van a dar ayudas económicas a las familias, un ayuda mensual, mientras dure el confinamiento y que las hipotecas se dejarán de pagar mientras no haya trabajo. A los autónomos se les va a retrasar los pagos de los impuestos y sobre las tiendas y pequeños negocios están estudiando las medidas para proponer y aplicar.
CREACIÓN DE UNA CENTRALITA QUE COORDINE Y ACLARE LAS CONSULTAS
Todo suena a la perfección y damos la confianza a nuestros políticos, pero el caos burocrático comienza a unirse al sanitario y como dice un conocido anuncio, la potencia sin control no sirve. Por eso se antoja la creación de una inmensa centralita, donde miles de personas, amas y amos de casa, empresarios y todos los sectores que conforman nuestra sociedad, puedan empatizar con las medidas y comenzar a tramitarlas a la espera de la amputación definitiva de la pandemia que nos recluye.